sábado, 30 de octubre de 2010

Sobre la izquierda y el Perú


En uno de los últimos post que aparecen en su blog Martín Tanaka, hace algunas reflexiones sobre las estrategias y posibilidades de la “izquierda” de cara a las elecciones generales en Perú que tendrán lugar el próximo año (2011). Al respecto y en relación a las hipótesis de una “unión / agrupación” de izquierdas, sintetizo a continuación algunas de sus reflexiones que, para los interesados en la dinámica política del país, me parecen relevantes:

• Para Tanaka, de manera obvia, el principal incentivo para la unidad es la posibilidad de un éxito electoral no alcanzable por separado.

• Algunos ejemplos, aunque escasos, pueden encontrarse en América Latina aunque. Con un “tinte revolucionario” puede señalarse a Evo Morales en Bolivia. Con un sabor a “caudillismo populista” puede encontrarse al éxito de Hugo Chávez en Venezuela o el de Rafael Correa en Ecuador.

• Un camino alternativo es el de la plataforma reformista de las izquierdas en Chile, Uruguay o Brasil, de corte socialdemócrata.

• Hay experiencias en el Perú contemporáneo. Durante los años ochenta, la izquierda se unió en torno al éxito electoral Alfonso Barrantes. Así, en la elección de Asamblea Constituyente de 1978 la suma de los votos obtenidos por las cinco listas de izquierda llegó al 29.4%, pero la lista más votada, la del FOCEP, obtuvo el 12.3%; por separado, la debilidad era la pauta mientras que la unión hacía de la izquierda la segunda fuerza política del país, con posibilidades de triunfo en 1980.

• En la elección presidencial de abril, sin unión, y con la primacía de los criterios particularistas, la suma de los votos de los cinco candidatos de izquierda alcanzó sólo el 14.4%; el candidato más votado, Hugo Blanco, obtuvo apenas el 3.9% de los votos.

• Una vez creada, Izquierda Unida (IU) en noviembre de 1980 obtuvo el 23.3% de los votos en las elecciones municipales provinciales, y en noviembre de 1983 el 29%, lo que incluyó la elección de Barrantes como alcalde de Lima.

• Pero ante la posibilidad de ganar la elección de 1990 (en la que Fujimori venció sobre Vargas Llosa en la segunda vuelta), IU se dividió.

• Los motivos pueden ser diversos, no entraremos a plasmarlos. La cuestión es que la ausencia de pragmatismo electoral provocó que la izquierda dividida obtuviera un 12.9% (Pease 8.2 y Barrantes 4.7%) de los votos para desaparecer durante los años siguientes.

• En 2006, los tres candidatos de izquierda (Villarán, Diez Canseco y Moreno) obtuvieron juntos apenas el 1.38%.

• Los resultados de las elecciones regionales y municipales del pasado 3 de octubre de 2010 mostraron que los distintos grupos de izquierda tuvieron estrategias diferentes entre sí. De manera inesperada, Susana Villarán se convirtió en una candidata competitiva y terminó ganando las elecciones en Lima.

• Este hecho abre interrogantes en relación a la opción de la unidad y el mito ganador que, para la izquierda, se ha generado a su alrededor a tenor de los antecedentes de las últimas décadas.

• Ante la ausencia de un candidato presidencial aparente, surge la alternativa (ya existente en las elecciones de 2006) de respaldar a Ollanta Humala. Participar aisladamente puede implicar perder, a nivel nacional, los logros cosechados hace unas semanas. Sin embargo, ir junto a Humala implicaría dar pasos atrás, perder el camino propio y distinto

Por tanto, será necesario observar, durante los próximos meses, la apuesta de esta izquierda actual y analizar, en función de esta, los resultados de los comicios presidenciales del próximo año.

Un abrazo,

Oscar.

domingo, 24 de octubre de 2010

América Latina o la esencia de la desigualdad


Les adjunto una breve pero interesante entrevista aparecida en el periódico El País al Director Regional para América Latina y Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); el títular de la entrevista resume con una claridad impactante que hablar de América Latina es hablar de desigualdad: 10 de los 15 países más desiguales se ubican en la región. Crecimientos económicos notables actuales (Brasil, Perú) u otros más añejos (Chile) son necesarios pero insuficientes para generar efectos más sustantivos para toda la población si los niveles de desigualdad (como causa y efecto del problema) persisten. De hecho, la cuestión no debería pasar por reflexionar si hay o no desigualdad si no más bien si se dispone de medidas y estrategias para poderla superar. Países que han gozado de buenas oportunidades para experimentar al respecto no parecen haber dado aún con fórmulas realmente efectivas o no se han preocupado excesivamente de atajar un obstáculo en unas condiciones que, a tenor de los ciclos de la región, es difícil pronmosticar cuánto durarán y cuando podrán repetirse...

http://www.elpais.com/articulo/internacional/paises/desiguales/mundo/latinoamericanos/elpepuintlat/20101022elpepuint_3/Tes

Un abrazo,

Oscar.

domingo, 17 de octubre de 2010

Elecciones y fragmentación, la añeja nueva realidad peruana


Mientras en Lima los resultados de las elecciones están marcados por la incertidumbre, en el resto de las regiones del país el panorama podría resumirse con la derrota de los partidos nacionales; algo que, ni mucho menos, podría calificarse de sorprendente. Aunque en, al menos, ocho regiones se deberá pasar a una segunda vuelta, las cifras parciales de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) señalan que en 20 regiones han sido movimientos independientes locales los que han logrado las votaciones más altas. Uno de los grandes derrotados es el partido del Gobierno, el APRA, que apenas ha podido ganar en la región de La Libertad, su principal y ahora único bastión. Estos resultados, en buena parte, son el fruto de la dinámica iniciada en los comicios de años anteriores en los que el peso de los partidos “tradicionales” se ha ido desvaneciendo progresivamente. Si bien es cierto que, en el ámbito nacional, el resurgimiento del APRA se anticipaba como un retorno de dichos partidos, este regreso sólo lo ha protagonizado el APRA. Asimismo, la dinámica subnacional demuestra de manera evidente que, con la excepción del partido de Alan García, el protagonismo de los partidos que se repartieron el protagonismo político durante los ochenta es sólo un espejismo. La creciente importancia de nuevas plataformas, liderazgos y movimientos locales obedece a varias dinámicas interrelacionadas. Entre ellas, resulta fundamental subrayar que los partidos políticos nacionales no han sabido canalizar adecuadamente las demandas regionales y ello ha fomentado no sólo la aparición de estos nuevos actores sino que lo ha hecho de una manera extrema conduciendo a una fragmentación política de carácter persistente. De todos modos, en un país en el que a menudo se habla de ausencia de partidos, parece un tanto utópico que estos propios partidos inexistentes puedan captar dichas demandas. A buen seguro, este nuevo escenario de fragmentación subnacional influirá en los comicios presidenciales de abril de 2011 que se celebrarán en un escenario nacional que, entre otros calificativos, podría recibir también el de fragmentado; sobretodo teniendo en cuenta que el principal responsable del parcial resurgimiento de los partidos tradicionales, Alan García, no podrá presentarse a la reelección.

Un abrazo,

Oscar.

sábado, 9 de octubre de 2010

La cohesión social en el espacio Ágora


En el foro “Ágora” celebrado hace unos días en Madrid se reflexionó sobre las estrategias para fomentar la cohesión social en Latinoamérica ante la constatación de que es la región más desigual del planeta; un hecho que lastra la estabilidad interna y la velocidad de los procesos de desarrollo a pesar de la potencialidad de varios de sus países. El encuentro estuvo organizado por la Fundación Internacional para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP). Algunas de las ideas que mostró el evento, se desarrollaron el relación al rol que tienen los partidos políticos en la generación de agendas y en dar respuesta a las necesidades ciudadanas, a las estrategias para combinar la lógica de mercado con las prioridades sociales o a la adquisición de recursos y capacidades técnicas para superar fracturas históricas y dinámicas crecientes como el narcotráfico o la violencia generalizada en la que viven diversas de las grandes urbes latinoamericanas.

Les dejo el vínculo a todos aquellos interesados en acceder a los materiales y documentación que se facilitaron para el evento:

http://www.agoraamericalatina.org/web/

Un abrazo,

Oscar.

domingo, 3 de octubre de 2010

¿Un cambio que salva a Chávez?: elecciones legislativas en Venezuela


El pasado domingo 26 de septiembre de 2010, los partidos de la oposición en Venezuela – agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) - lograron 64 de los 165 diputados en los comicios legislativos. El partido del presidente Hugo Chávez consiguió 95 diputados; una victoria cuya solidez puede discutirse si se tiene en cuenta que la oposición consiguió el 52% de los votos. Sin embargo es evidente la diferencia entre esa cantidad de votos y el número de diputados conseguido. Esto se debe a que el censo se redistribuyó de manera que las demarcaciones donde más adhesión tiene el oficialismo son aquellas que aportan más diputados al Congreso. La oposición fijó sus objetivos en: a) alcanzar la cifra de 56 diputados, lo que le otorgaría la llave para bloquear las leyes orgánicas; b) los 67 escaños, para impedir que Hugo Chávez pudiera gobernar por decreto. En este sentido, los 64 diputados obtenidos pueden considerarse un buen resultado, sobre todo teniendo en cuenta la redistribución del censo mencionada. Más aún si se tienen en cuenta datos y hechos como los siguientes: la oposición logró en Caracas el 47,8% de los votos frente al 47,7% que logró el Partido Socialista Unido de Venezuela; pero de los siete diputados en juego, Chávez se llevó seis y la Mesa de la Unidad Democrática solo uno. Unos resultados que son fruto de la reforma de la Ley del Sufragio y Participación Política durante el mes de diciembre de 2009. Con esta reforma, las regiones menos pobladas del país obtenían una mayor representación en el Parlamento y cada uno de los diputados elegidos allí “cuestan” menos votos que en los Estados más grandes. Por ejemplo, en el estado de Amazonas, un diputado se elige con 20.000 votos. Sin embargo, en el Estado de Zulia, donde tradicionalmente ha ganado la oposición, se requieren unos 400.000 votos para ganar un escaño. Además del cambio de proporcionalidad, las modificaciones legislativas también cambiaron el diseño de las circunscripciones electorales con un claro beneficio para el oficialismo. Por ejemplo, en Mérida, el Partido Socialista Unido de Venezuela se lleva cuatro de los seis diputados en juego, pese a que la lista de la Mesa de la Unidad Democrática tiene el 50,04% de los votos y la de Chávez el 48,7%. Y en Miranda, el partido de este último se lleva cinco de los 10 diputados, pese a que sólo logró el 41,4% de los votos frente al 57% que consiguió la oposición. También en Carabobo, la lista de la oposición logra el 53,66% y la de Chávez tiene el 43,04%; pese a ganar por 10 puntos, el reparto de las demarcaciones electorales hace que de los 10 escaños, la oposición se lleva solo tres y Chávez seis.

Un abrazo,

Oscar.