sábado, 21 de mayo de 2011

De la inseguridad en Perú


El fenómeno de las elecciones en Perú o las dinámicas por las que atraviesa y ha atravesado su sistema de partidos se han convertido en temas recurrentes dentro de la investigación académica centrada en el país, en particular, y en la región, en general. Asimismo, y de manera transversal a aspectos como los mencionados, cada elección despierta el debate sobre cuál o cuáles han sido los temas o cuestiones que han acabado decantando las decisiones de la ciudadanía, especialmente aquellos más indecisos. En un país como Perú, con una volatilidad electoral de las más elevadas da la región (por no decir la que más) y con un sistema de partidos en el que, precisamente, estos son los principales ausentes, esta es un hecho de gran relevancia.

Entre los diversos temas que, durante los últimos días, parecen ejercer una mayor capacidad de atracción en relación a la ciudadanía es la gestión de la inseguridad que, desde hace ya tiempo, azota ampliamente al país. Si bien no puede compararse a Perú con aquellos países de la región que ostentan los récords más negativos en la materia, tanto Ollanta Humala como Keiko Fujimori conocen que esta es una de las problemáticas que no pueden obviar si desean mantener ciertas garantías de victoria en la segunda vuelta que les enfrentará.

Independientemente del abordaje que realicen tanto el primero como la segunda, es necesario subrayar que la falta de seguridad se equipara a otros grandes problemas nacionales como la pobreza y el desempleo (y precisamente en un país que ha experimentado récords de crecimiento económico durante los últimos diez años). Por ejemplo, datos de una encuesta realizada por la ONG Ciudad Nuestra muestran que un 72% de los habitantes de Lima se siente inseguro, mientras que uno de cada cuatro asegura haber sido víctima de algún delito en el último año. La situación empeora en las ciudades del interior a causa de la ausencia de medios policiales. Por ejemplo, Trujillo es la ciudad con el mayor número de homicidios del país.

Al margen de la situación particular que puede detectarse en las urbes del país, el problema de la inseguridad en Perú se refleja en el momento en que se exponen estadísticas como las siguientes: a) el 72% de los limeños se siente indefenso y cree que podría sufrir algún tipo de ataque; b) el 21% dice haber sido víctima de un delito en los últimos 12 meses; c) sólo el 28% considera que la labor de la policía es buena o muy buena; d) en la zona de El Callao, cercana a Lima, el 77,3% dice sentirse inseguro; e) la ciudad donde la gente se siente más vulnerable es Piura (91%) y en la que menos es Cajamarca (50%).

Cabrá esperar a los resultados finales de la citada segunda vuelta para ver si realmente este se convierte en uno de los ejes que decanten la decisión de la ciudadanía. Sea o no así, los indicadores mencionados apuntan a que, al margen de lo que acontezca en la campaña, el problema de la inseguridad no puede obviarse.

Un abrazo,

Oscar.