viernes, 28 de mayo de 2010

Esperando "sorpresas" en Colombia


Durante las últimas semanas, uno de los temas de debate que ha acaparado más portadas ha sido el de la carrera electoral entre los candidatos Santos y Mockus en Colombia. Dentro de este debate, parece que la cuestión del programa de ambos se ha visto relegada a un segundo plano y a remolque de cuestiones que podrían considerarse como más periféricas. A la espera de los resultados, aguardando a si Mockus consigue dar la ya relativa “sorpresa” y a sabiendas que en numerosos trabajos ya se ha hablado y se hablará de las claves que explicarán las claves de la victoria de uno y de la derrota del otro, podría resultar más eficiente dar unas breves pinceladas sobre los mencionados aspectos de programa (y que, sin duda, también podrán interpretarse como aciertos y desaciertos – es decir, como parte de las claves - en función de los resultados oficiales). Entre los muchos aspectos que podrían compilarse mostramos, brevemente, las posturas de ambos candidatos en relación a dos: el conflicto interno y la reforma fiscal.

El primero de estos aspectos, el del conflicto interno que arrastra el país, puede abordarse desde diversas perspectivas; una de ellas, es el problema de los desplazados por culpa de la violencia. Podría decirse que ambos candidatos muestran posturas complementarias. Santos apuesta por un aumento de lo que él denomina como “seguridad democrática” y un estricto cumplimiento de la ley así como una apuesta por la concesión de subsidios públicos haciendo hincapié en la protección y educación de los niños desplazados. Por su parte, Mockus enfoca la situación con la etiqueta de “legalidad democrática” (ante los escándalos que han afectado al Ejército durante los últimos meses) las soluciones a través de un refuerzo de los sistemas de prevención de la violencia como mecanismo para evitar no sólo esta sino los desplazamientos que ésta genera como consecuencia de las masacres perpetradas durante los últimos años; eso sí, sin posibilidad alguna de negociación mientras existan rehenes en manos de la guerrilla. De hecho, lo ideal y al margen de lo que se pudiera considerar o no como pauta de negociación, sería poder combinar ambas visiones como estrategia de carácter integral. Sin embargo, en cuanto a las políticas fiscales, Santos aboga por una bajada de impuestos para impulsar el crecimiento, la creación de empleo y a las clases medias. Mockus mantiene, en este punto, un discurso totalmente enfrentado ya que defiende un aumento de la presión fiscal para elevar las capacidades del Estado y dejar de ser dependiente de las exportaciones. Aunque, como precisa Santos, un aumento de impuestos no implica necesariamente un aumento de la equidad. Aspectos como los detallados, si bien forman parte de un conjunto mucho más amplio, pueden acabar decantando la balanza sobre un candidato; especialmente cuando los sondeos anuncian unos resultados muy parejos y ajustados. Por ahora, sólo queda esperarlos…ver si el continuismo de Santos se impone a la revolución outsider que representa Mockus (también hay que tener en cuenta los efectos perversos que la aparición de outsiders ha tenido en otros estados y en otros momentos).

Asimismo, no conviene olvidar que, junto a los dos señalados, hay cuatro candidatos más de calidad (Sanín, Petro, Vargas y Pardo). Los cuatro también jugarán un papel clave para definir quién será el ganador si, como se prevé, una segunda vuelta es necesaria.

Un abrazo,

Oscar.

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