miércoles, 9 de diciembre de 2009

Nueva victoria de Evo


A pesar de que la totalidad de los pronósticos apuntaban a la victoria de Evo Morales, este hecho no debería minimizar la importancia histórica y política que supone la reelección del Presidente de la República de Bolivia. Morales obtuvo en las presidenciales más del 60% del sufragio de los 5,1 millones de bolivianos habilitados para votar en su país y los 168.000 en el exterior. El Movimiento al Socialismo (MAS) también alcanzó la mayoría de los dos tercios en la primera Asamblea Plurinacional (130 diputados y 36 senadores) y que eran el listón a superar para crear un nuevo Estado, desarrollar sin excesivos problemas una nueva Constitución de corte indigenista y reconstruir las instituciones democráticas más significativas (entre ellas, el Tribunal Constitucional, la Corte Suprema y la Corte Electoral).

Los factores que han propiciado una nueva y más contundente victoria de Morales son diversos pero destacan el apoyo generalizado de la sociedad boliviana (especialmente se ha hecho hincapié en el respaldo que ha supuesto contar con el favor de la “clase media”) o la desunión que ha caracterizado a la oposición así como una evidente falta de creatividad para socavar el apoyo con el que contaba el líder cocalero. En este sentido, Morales contará con un escenario propicio para el planteamiento de sus sugerencias. Por el momento, las directrices básicas que han sido planteadas se centran en: la profundización en el control de los sectores energético y minero; la creación de empresas públicas con los excedentes generados a partir de la actividad de los anteriores y la financiación las ayudas sociales. Otra prioridad será la centrada en la constitución de las autonomías indígenas aunque aún no hay una ley que las defina y existe una gran incertidumbre alrededor de su financiación o su convivencia con las autoridades regionales, provinciales y municipales ya existentes.

El anterior mandato de Morales ha estado caracterizado por avances notables pero también por la persistencia de ciertos problemas estructurales en los que los logros aún son poco palpables. De manera muy sintética puede apuntarse que el riesgo de fractura del país aún pervive, los escándalos de corrupción han proliferado y la consolidación de la inclusión social y económica (60% de la población es pobre y más de la mitad de este porcentaje se encuentra en situación de indigencia) es más un anhelo de futuro que una realidad presente.

Por tanto, habrá que esperar para ver si el segundo mandato de Morales logra superar las dificultades y emplear los progresos como base sobre la que alcanzar los desafíos aún pendientes.

Un abrazo,

Oscar.

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