viernes, 6 de noviembre de 2009

Nuevas hipótesis sobre la desaparición de la cultura nazca


Una reciente investigación desarrollada por la Universidad de Cambridge ha subrayado que la civilización nazca del Perú precolombino desapareció, entre otras causas, por la eliminación de su línea de defensa natural, los bosques de huarangos, que actuaba como contención ante los efectos del fenómeno natural conocido, popularmente como el El Niño y sobre el que ya se hicieron algunos comentarios en una de las anteriores aportaciones en este blog. Para llegar a una afirmación como la planteada, se estudiaron los efectos de El Niño en 1998 como modelo para intentar reproducir el impacto de un fenómeno similar al final de la civilización nazca. Durante ese año, 1998, El Niño inundó la ciudad de Ica con una capa de dos metros de agua. Según las simulaciones desarrolladas en la investigación, el Niño - que aconteció en algún momento entre los años 500 o 600 de nuestra era - debió de tener efectos aún más catastróficos sobre el valle del bajo Ica, uno de los dos centros de la civilización nazca. Se considera que los nazca podrían haber sobrevivido a esa catástrofe natural de no haber sido por la tala progresiva de una importante masa forestal que habían llevado a cabo para dedicar el terreno a cultivos agrícolas como el maíz o el algodón. De hecho, estas afirmaciones no deben sorprender si se tiene en cuenta que la desaparición de estas barreras naturales ha sido la causa de catástrofes similares en tiempos más recientes; por ejemplo, las inundaciones en la isla de La Española por causa de la deforestación. Al margen de casos recientes, uno de los ejemplos más frecuentemente más referenciados para situar catástrofes similares es la deforestación de la Isla de Pascua. En el caso del valle del bajo Ica, hoy desierto, cabe señalar que estuvo poblado de bosques de huarango, un árbol que puede vivir más de un milenio y que, además de abastecer a los nazca de leña y madera para la construcción, protegía el terreno contra la erosión causada por el agua y el viento. Los árboles constituían además una importante defensa frente a las súbitas inundaciones. El volumen de esos árboles comenzó a decaer en los años que precedieron al colapso de la civilización nazca por culpa de la dedicación creciente del terreno que ocupaban a agricultura.

Un abrazo,

Oscar.

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