sábado, 10 de abril de 2010

¿Evo vence?


Los resultados de las elecciones regionales bolivianas pueden tener diversas lecturas; todas ellas válidas. En primer lugar podría decirse que el partido de Evo Morales, el MAS, ha obtenido una victoria al ganar en la mayoría de los departamentos. Sin embargo, y en segundo lugar, puede cuestionarse la contundencia de tal victoria ya que los resultados muestran el MAS ha salido debilitado en las grandes ciudades (entre ellas, La Paz). En tercer lugar, que la oposición ha resistido y ha logrado mantener sus principales bastiones, las provincias orientales, que albergan buena parte de los recursos naturales del país. Si bien estas elecciones pueden ser importantes por diversos motivos, parece indiscutible que son claves para que Morales pueda poner en marcha una la ley de descentralización y autonomías, sobre todo las indígenas que impulsaría la mayor reordenación territorial del país desde su independencia. Para desarrollar este proyecto sobra decir que el MAS requiere del control de la mayoría de los nueve departamentos.

A pesar de la aparente victoria de Morales, el escrutinio en las cortes de cada departamento está confirmando el revés político sufrido por su partido en las que se daba por segura una gran mayoría de votos a su favor, especialmente en la región altiplánica de La Paz. Asimismo y por ejemplo, en la alcaldía de Cochabamba, la diferencia entre el ganador oficialista y su inmediato rival fue de menos de 5.000 votos, mientras que en El Alto se registró una diferencia de siete puntos porcentuales entre el aspirante del MAS y la candidata de Unidad Nacional (UN), cuando hace apenas cuatro meses los pobladores le dieron el 80% de los votos a Morales en los comicios presidenciales.

Junto a esta situación, Morales ha visto como se ha producido la reelección de los gobernadores de Santa Cruz, Tarija y Beni. Estos gobernadores se han convertido en adversarios del Gobierno por su lucha, en años pasados, en pro de una autonomía que ya está reconocida en la Constitución, donde se plantea, además, una estructura federal para su funcionamiento. En este sentido, el mapa político se mantiene en lo sustancial. No hay cambios en las regiones tradicionalmente en manos de la oposición. La reelección de los gobernadores de Santa Cruz, Beni y Tarija así lo confirman. Pero es cierto también que la fortaleza de Morales puede haberse debilitado más de lo previsible en la medida en que el MAS no ha logrado atraer el apoyo de las grandes ciudades. Siete de las 10 urbes más importantes estarán en manos de la oposición, incluidas Sucre, la capital del país, y La Paz, la sede del Gobierno. El Movimiento sin Miedo, una formación emergente de izquierdas, ha ganado en La Paz y en Oruro, dos de los mayores bastiones – hasta ahora - del gobierno. Esa victoria de la oposición refleja que la hegemonía del partido de Morales sigue enclaustrada en las zonas rurales. Los resultados oficiales definitivos se conocerán el 29 de abril, de manera que será necesario esperar como encajan finalmente todas las piezas de este juego de resultado aparentemente incierto.

Un abrazo,

Oscar.

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