sábado, 22 de mayo de 2010

Efervescencia indígena en Argentina


Argentina no es un país que se caracterice ni por una elevada presencia de pueblos indígenas (ni en términos poblacionales absolutos ni relativos) ni tampoco por experimentar las acciones, formales e informales, que protagonizadas por dichos pueblos (en forma de movimientos pero también de partidos políticos) han marcado la actualidad política de algunos países de la región (Bolivia podría ser el exponente más actual y contundente de este proceso); más bien todo lo contrario. Tal vez, estas experiencias vecinas, así como el éxito que las ha acompañado (aunque podría debatirse largamente qué puede entenderse como tal), puede ser uno de los motivos que ha espoleado, durante la semana pasada, a kollas, guaraníes, mapuches, huarpes, wichíes, mocovíes, diaguitas y qom-tobas - entre otros – a iniciar marchas hasta Buenos Aires para reclamar un Estado plurinacional.

En Argentina, la población indígena representa el 1,4% de sus 40 millones de habitantes, a lo que se puede añadir otro 6,5% de mestizos. En parte, cifras menores a las que se registran en Ecuador, Bolivia, Perú o Guatemala condicionan la obtención de avances mayores. Para los pueblos indígenas, el Estado plurinacional implicaría el acceso al título de propiedad de los territorios comunitarios, la entrega a sus pueblos de tierras del Estado, el cumplimiento de la ley que ordenó en 2006 un censo de sus territorios ancestrales, el reconocimiento de sus lenguas como idiomas oficiales de Argentina, la creación de centros educativos propios o la declaración del agua como recurso "sagrado", la formación de tribunales ambientales y la constitución de un fondo para el desarrollo de sus comunidades. Objetivos que, si bien legítimos, requieren de un abordaje sensato que, a su vez, implica complejidad y mayor paciencia. Asimismo, acuerdos y consensos a los que es difícil acceder; no sólo por la propia heterogeneidad y visiones de los propios pueblos indígenas sino porlas fracturas y distancias internas que se albergan dentro de ellos; por ejemplo, el hecho de que no todos los colectivos indígenas se hayan adherido a las marchas pueden ilustrar esta situación.

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