domingo, 17 de octubre de 2010

Elecciones y fragmentación, la añeja nueva realidad peruana


Mientras en Lima los resultados de las elecciones están marcados por la incertidumbre, en el resto de las regiones del país el panorama podría resumirse con la derrota de los partidos nacionales; algo que, ni mucho menos, podría calificarse de sorprendente. Aunque en, al menos, ocho regiones se deberá pasar a una segunda vuelta, las cifras parciales de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) señalan que en 20 regiones han sido movimientos independientes locales los que han logrado las votaciones más altas. Uno de los grandes derrotados es el partido del Gobierno, el APRA, que apenas ha podido ganar en la región de La Libertad, su principal y ahora único bastión. Estos resultados, en buena parte, son el fruto de la dinámica iniciada en los comicios de años anteriores en los que el peso de los partidos “tradicionales” se ha ido desvaneciendo progresivamente. Si bien es cierto que, en el ámbito nacional, el resurgimiento del APRA se anticipaba como un retorno de dichos partidos, este regreso sólo lo ha protagonizado el APRA. Asimismo, la dinámica subnacional demuestra de manera evidente que, con la excepción del partido de Alan García, el protagonismo de los partidos que se repartieron el protagonismo político durante los ochenta es sólo un espejismo. La creciente importancia de nuevas plataformas, liderazgos y movimientos locales obedece a varias dinámicas interrelacionadas. Entre ellas, resulta fundamental subrayar que los partidos políticos nacionales no han sabido canalizar adecuadamente las demandas regionales y ello ha fomentado no sólo la aparición de estos nuevos actores sino que lo ha hecho de una manera extrema conduciendo a una fragmentación política de carácter persistente. De todos modos, en un país en el que a menudo se habla de ausencia de partidos, parece un tanto utópico que estos propios partidos inexistentes puedan captar dichas demandas. A buen seguro, este nuevo escenario de fragmentación subnacional influirá en los comicios presidenciales de abril de 2011 que se celebrarán en un escenario nacional que, entre otros calificativos, podría recibir también el de fragmentado; sobretodo teniendo en cuenta que el principal responsable del parcial resurgimiento de los partidos tradicionales, Alan García, no podrá presentarse a la reelección.

Un abrazo,

Oscar.

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