miércoles, 29 de julio de 2009

¿Quién mastica la coca?


El cultivo de la hoja de coca es, sin duda, uno de los temas más polémicos de la región. La polémica es mayor si se empieza a valorar la repercusión política que puede tener la defensa de dicho cultivo o la crítica en relación al mismo (por ejemplo, se verá durante la celebración de las próximas y cercanas elecciones en el país). También es cierto que la hoja de coca, a parte de ser el primer paso hacia la elaboración de sustancias narcóticas es también una parte muy importante de los símbolos, la tradición, los valores culturales y alimenticios de pueblos como el boliviano. Dónde empieza lo uno y termina lo otro? La respuesta requeriría de más tiempo y espacio pero por ahora, puede señalarse que un estudio que se iniciará el día 1 de agosto – y por todo el país - ha decido aclarar cuál es realmente la dimensión que concierne al segundo de los aspectos señalados; a pesar de lo imprecisas que pueden resultar ciertas mediciones, el primero es un aspecto que ha sido abordado reiteradamente. El objetivo a corroborar es si son ciertas las estimaciones que apuntan a que seis de cada diez ciudadanos bolivianos mastican coca en todo el país. El actual viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, ha ratificado que el 62,2% de los bolivianos tiene el hábito de acullicar (masticar) hoja de coca. Aunque el objetivo también es el de demostrar que Bolivia necesita alrededor de 20.000 hectáreas de cultivos para satisfacer su demanda de consumo legal. Actualmente, la ley antidroga establece una superficie de 12.000 hectáreas legales para atender la demanda de uso y consumo de la hoja de coca. Los excedentes son ilegales de acuerdo con la misma ley. La población del país ha ido aumentando con el tiempo y, por ende, el volumen de consumidores con la que la complejidad para delimitar el límite legal de producción y consumo requeriría de una actualización. Lo que seguramente no podrá evitarse es que esta actualización y los números que de ella se desprenden sean empleados para fines discursivos totalmente diferentes en función de quién sea el orador. Hasta ahora, la ambivalencia de la hoja de coca ha sido determinante en la realidad política boliviana: ha sido uno de los principales argumentos en contra de Evo Morales y, al mismo tiempo, una de las armas que le ha ayudado a obtener importantes victorias…la más importante, tal vez por marcar un punto de inflexión, la de finales de 2005.

Un abrazo,

Oscar.

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